Volver a vivir
después de una hemiplejia por ACV.
Volver
a vivir después de una hemiplejia por ACV.
La vida de muchas personas, en determinado momento se trunca de forma inesperada.
Accidentes automovilísticos, permanente estrés en que se vive ignorando
consecuencias, irritabilidad o ira, y otras muchas circunstancias, hacen que
vivamos constantemente al filo de la navaja.
La
exposición permanente a cualquier accidente cardio vascular (ACV) que, una
vez sucedido, cambia la vida a miles de personas, por su irreversibilidad,
grandes limitaciones, y en la mayoría de los casos, la pérdida total de la auto
dependencia. No puedes valerte por ti mismo, te transformas en una carga para
la familia. Para muchas personas es muy difícil de superar, por mucho amor y
ayuda que reciba. Y en la mayoría de los casos, podría haberse evitado.
La
medicina no tiene grandes soluciones para ello; si se llega a tiempo, puede
mitigarse la gravedad de las consecuencias, pero transcurrido un año máximo del
ACV,
es muy difícil según la medicina, progresar en la regeneración. Aquí se acaban
las posibilidades, y para muchos, es el principio del fin.
Con todos mis respetos, estoy en total
desacuerdo. El tiempo transcurrido es relativo, y cuanto más tiempo transcurra,
menos posibilidades. Y una vez más hablo de experiencias, en este caso con
Rubén, 54 años, de Piedras Coloradas (Paysandú), quien hace 5 años tuvo un ACV
que le originó una hemiplejia del lado derecho.
Tras
el accidente, le dijeron que difícilmente salvaría la vida, y si así fuera,
quedaría de por vida en silla de rueda. La utilizó durante 3 meses, y después
continuó 2 años con fisioterapia, hasta que le dijeron que ya no podían hacer
nada más, y se estancó ahí, usando siempre pañales, como un niño pero diferente
peso, por lo que era un calvario arrastrarlo por el baño, hasta que pudo
apoyarse en bastón. Cuatro años después de la hemiplejia
por ACV, inició un tratamiento con pirámide de aluminio, según
conocimientos de la medicina cubana, y tras unos meses de práctica en que
solucionó algún dolor o molestia, lo acabó dejando. Al quinto año es cuando comienza esta
asombrosa historia y su proceso.
Había
que ayudarle en TODO en sus quehaceres cotidianos, a subir y bajar escalones,
apoyarle a caminar, a hacer sus necesidades al baño, darle de comer, vestirlo,
acostarlo y levantarlo, limpiarle las babas que salían de la comisura de la
boca, no decía nada entendible, apenas conocía a nadie, el ojo no podía cerrarlo, tenía que hacerlo con la mano, delgado, triste, apagado y su cara conservaba las huellas
del ACV.
La
mano derecha era un amasijo frío e inerte, en grave avance de atrofia, que
apoyada en la pierna, se le caía al menor descuido. Era un enfermo desahuciado,
pero le plantó cara a la vida, insatisfecho con su situación, y a la espera de
algo que pueda motivarlo. Nuestra charla fue convincente. Le propuse la
práctica de nuestro sistema, al menos 3 meses, y tuve la intuición que en su
caso, en un máximo de 2 años debería poder cortar con esa mano, así que lo
apostamos. Parece como si le hubiera tocado la lotería, por la expresión de su
cara. Es un hombre aferrado a la vida, con una enorme voluntad a pesar de sus
grandes limitaciones, y tiene el amor incondicional de su mujer Rosana.
Nada
más acabamos la charla, lo pusimos en un par de exposiciones bajo pirámide de
hierro de 6 mm. de diámetro, durante 15 minutos cada una , y empezó a sentir
tiranteces musculares y varios síntomas en partes del cuerpo. Empezó a darse
cuenta de que esto podía sanarlo; la incógnita, hasta dónde y en cuánto tiempo.
Le dimos medidas de la pirámide a utilizar, y en poco más de una semana, empezó
a realizar los ejercicios que le recomendamos, en su domicilio.
Cada
semana me interesaba por su progreso, y al principio su mujer era algo
cautelosa, después nos aclaró que temió en una rápida recaída, porque lo que
estaban viviendo superaba todo lo imaginable. Nosotros hablamos de sanar de
acuerdo con la Física Cuántica, a través de la Tabla con Energía Taquiónica, de
forma ecológica y sin efectos secundarios, compatible con cualquier tratamiento
incluso médico.
Casi
al mes nos vimos de nuevo, y fue Alba como fisioterapeuta, la encargada de
evaluar los progresos. En verdad que nos dejó sorprendidos, pues el cerrado
puño inmanejable, fue cediendo estirando los dedos, que puso sobre la pierna,
en una de las posiciones. Es cierto que no puede mantener los dedos estirados
mucho tiempo, pero es un gran progreso. El aspecto de su cara y de su piel no
denuncia ningún tipo de anormalidad, pues cierra y abre el ojo dañado a su
antojo. Practica el guiño, después de 5 largos años. Su mujer nos contó sus
enormes progresos, y su nuera, que era quien lo cuidaba en horas laborables,
comentó cariñosamente que se iba a quedar sin empleo.
Al
poco tiempo pensé en escribir acerca de este interesante caso por la inmediatez
de reacción, y la llamé para exponerle la idea, y fue cuando comentó que en
menos de 2 meses, había hecho más progresos que en años. De ser una carga, pasó
a ayudar. Se levanta a las 5,3 para prepararle el desayuno a su mujer, ordeña
las vacas y alimenta los animales, con ingenio transporta lo que precisa en una
carretilla, camina seguro y mucho más erguido, desplazando menos la pierna.
Vi
como recogía plumas de guinea del suelo la última vez que nos visitó. Ya no
para en todo el día, excepto unas 2 horas que dedica a la tabla del yoga
egipcio o sanador del que hablo en mi libro. Hace ejercicios complementarios de
levantar brazos y piernas. Tiene ya mejor movilidad en la "enferma"
que en la sana, y ha comenzado a decir palabras sueltas. Fonetiza vocales y
consonantes, y a intercomunicarse correctamente con su familia, cosa que dejó
de hacer. Va al baño y se afeita sólo, hace mejores digestiones, y cuando
regresa Rosana de trabajar, le prepara el mate y el baño. Está mucho mejor
mentalmente, pendiente de las cosas.
Sin lugar a dudas empieza a devolver a su
familia, que le dió protección, amor y paciencia. Han empezado a vivir una
nueva vida él y su familia. La vida, tras estas circunstancias, se ve de otra
forma. Yo viví cierta experiencia.
Después
de 1 año, lo hemos grabado en su progreso, había sido espectacular después de la hemiplejia por ACV,
camina erguido sin apoyo, campo a través, a paso muy ligero, y ya no se cae
como antes, aunque tropiece, pues tiene otro sentido del equilibrio. Ha
engordado, ennegrecido el pelo excepto las patillas, y tiene controlada la
diabetes y las cataratas; cara tersa de aspecto muy saludable; parpadea y hace
guiños independientes con cada ojo, la temperatura de la mano derecha dañada es
idéntica a la izquierda, con gran movilidad, y tiene algo de sensibilidad y
movilidad en el pié afectado. De haberse ejercitado con movilizaciones y
desbloqueos continuos, habría avanzado mucho más en su recuperación, pero
Rubén, con gran tenacidad y apoyo familiar, hace lo que puede con lo que tiene
en su medio rural.
Hay
que despertar consciencia.
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